Ecuador: país del no futuro
El 22 de noviembre se cumplió un año de la nefasta administración de Daniel Noboa, oligarca bananero catapultado a la presidencia como “outsider”. Un niño rico nacido empresario de la dinastía bananera de los Noboa -uno de sus antepasados directos, Diego Noboa, ya fue presidente entre 1850 y 1851- arrebató el máximo trofeo que se otorga la clase explotadora cada cuatro años, para sostener la pantomima caricaturesca de la democracia burguesa. Noboa, al cumplir un año en el poder, se jacta de haber priorizado el pago a la deuda externa, por sobre la inversión en sectores como infraestructura y la inversión social. Prácticamente nula es la inversión en estos sectores en todo su mandato, mientras el pago a la deuda externa equivale a alrededor de USD 3.600 millones en tan solo un año.
En oligarca es el primer mandatario con más viajes al exterior en toda la historia. En su corta presidencia, ha efectuado 13 viajes internacionales. La dinastía Noboa vive una vida de lujo y exuberancia absoluta a costa de la miseria popular, y esto no solo desde su inserción en la política: su clan acumuló su vasta riqueza sobre la esclavización y la sobreexplotación de la clase trabajadora. Noboa como nadie, representa a una larga tradición de subyugar y violentar a trabajadorxs, mismxs que considera parte de su feudo y hacienda de propiedad personal, como en su momento el monarca genocida belga, el rey Leopoldo II.
Si algo ha marcado el gobierno de Daniel Noboa, además de la hipérbole de las contradicciones de la democracia burguesa, es el abuso del recurso del estado de excepción. El autoritarismo y la potenciación de un Estado policial por parte del hacendado presidente corresponden a una respuesta natural del Estado capitalista, a la crisis política que atraviesa el país desde el 2014. En otras palabras, el recurso del estado de excepción es la respuesta autoritaria a la crisis de hegemonía que atraviesa la clase dominante, y por lo tanto a la crisis de hegemonía ideológica que la crisis política genera. Nos encontramos frente a una agudización de la lucha de clases en el país.
Fuente: revistacrisis.com