Democratizar la comunicación y la tecnología digital
La pandemia mundial profundizó las condiciones de precariedad de las mayorías generadas por la financiarización capitalista y mostró las carencias y desigualdades producidas por el orden neoliberal, atenuadas en algunos lugares por sistemas sociales de contención de carácter progresista o revolucionario.
La emergencia sanitaria creó además condiciones para un aumento radical del uso de las tecnologías digitales, lo que multiplicó las ganancias y el poderío de las corporaciones que controlan las principales plataformas que intermedian las relaciones y búsquedas en internet. Con ello, casi imperceptiblemente, se acelera la transición a nuevas formas de vida, trabajo, educación, salud, cultura, intermediadas por las tecnologías digitales y caracterizadas por la privatización del espacio público y hasta la vida íntima.
Las nuevas tecnologías junto a la innovación “verde” son abrazadas a su vez por los fondos de inversión y el capital en general como vía de reconversión del capitalismo, cuya responsabilidad en el dramático deterioro medioambiental es a todas claras manifiesto, colocando en severo entredicho al expolio de recursos naturales finitos.
En el marco del plan conocido como “Great Reset”, promovido por el Foro Económico Mundial, hay un proyecto en marcha para potenciar este recambio que contempla, entre otros, un modelo de gobierno mundial tecnocrático dominado por las grandes empresas de la mano con la inteligencia artificial, que supuestamente encontrará soluciones al cambio climático y suplirá a las “deficiencias” del sistema democrático.
La fundamental importancia de la disputa de relatos es manifiesta, por lo que la democratización del espectro comunicacional, incluyendo los espacios digitales, continúa siendo prioritaria para el avance de las aspiraciones de los pueblos. Es preciso prestar máxima atención a las agendas informativas, de dónde surgen y quienes las promueven.
En el campo de los medios, el irrespeto o cancelación de normas legales logradas en ardua lucha por la comunicación popular, la desfinanciación o eliminación neoliberal de medios públicos, la inequitativa distribución de pauta estatal a favor de los medios hiperconcentrados, su progresiva transnacionalización junto a la monolítica cartelización de discursos estigmatizantes contra las alternativas revolucionarias o progresistas afectan la posibilidad de imprescindibles transformaciones que garanticen diversidad informativa y un balance equilibrado en la opinión
La incidencia de la tecnología digital en casi todos los aspectos de la actividad social y la apropiación monopólica de las lógicas y entornos digitales por parte del capital, hacen imprescindible la disputa del campo popular por su re-democratización.
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Fuente: Richard Sellan Bajaña