La maquinaria cultural del nazismo
Como parte de la colección «Hacer historia» –a cargo de Lila Caimari y Roy Hora–, la editorial Siglo XXI publicó por primera vez en castellano La cultura en la Alemania nazi, de Michael H. Kater. En esta obra, el profesor emérito de la Universidad de York y especialista en historia alemana del siglo XX analiza cómo el régimen del Tercer Reich montó una maquinaria propagandística apoyada en las artes –la pintura, la arquitectura, las letras, la música y el cine– y en los medios de comunicación –principalmente la radio y la prensa escrita– para perseguir a la comunidad judía, controlar a la población en su conjunto y proyectar los fundamentos nacionalsocialistas en Europa y el resto del mundo.
Mientras explora el avance de las medidas segregacionistas, las complicidades implícitas y explícitas de figuras de la cultura, las resistencias al nuevo orden (punto, quizás, insuficientemente explorado), las contradicciones internas del régimen y sus funcionarios, y el impacto de la guerra en el plan ideológico nazi, la obra plantea una pregunta crucial: ¿es posible la expansión de la creatividad, incluso con fines abyectos, en el marco de una tiranía?
El autor no solo pretende rastrear la escena cultural en la Alemania nazi, sino que propone analizar el periodo comprendido entre 1933 y 1945 a través de la lente de la cultura. Se trata de un proyecto ambicioso, respaldado por una copiosa bibliografía –de las 447 páginas del libro, 69 corresponden a citas– y una extensa trayectoria académica: Kater ha escrito siete libros sobre el nazismo y uno sobre la historia de la ciudad de Weimar, con énfasis en los actores de la cultura, las profesiones liberales y la intelectualidad.
El libro está organizado en siete bloques que funcionan como piezas de un análisis acumulativo; se extienden desde los intentos por abolir los resabios de la estética imperante hasta las estrategias de propaganda en los primeros años del régimen nazi y abarcan tanto las dificultades que surgieron durante la guerra como las secuelas culturales del totalitarismo.
Fuente: nuso.org