La economía genocida de Israel

Las razones para el statu quo en Gaza
El sufrimiento del pueblo palestino continua diariamente. La falta de una solución política y la ausencia de un acuerdo de paz mantiene la zona en una situación de estancamiento y violencia extrema, donde seres humanos luchan desesperadamente por sobrevivir, con altas probabilidades de ser el último día de vida para los gazatíes. Nadie tiene una idea clara de cuándo terminará este genocidio que ha cobrado a la fecha aproximadamente 80.000 mil vidas (Michael Spagat, del Royal Holloday College, Universidad de Londres).
El aumento del debate y manifestaciones multitudinarias reflejan que para la comunidad internacional Israel vulnera, con total impunidad, tratados internacionales y derechos fundamentales humanos. Pero no sólo se cuestiona a Israel sino también a los estados cooperantes (como Estados Unidos que ha utilizado su derecho de veto en más de 30 ocasiones para proteger a Israel frente a acciones anteriores de la ONU), empresas e instituciones que apoyan este genocidio. Estudios señalan que las empresas de defensa han elevado sus ganancias económicas aumentando considerablemente el valor de sus acciones (como por ejemplo Northrop Grumman contratista militar que ha ganado 11.43% en el valor de sus acciones, Lockheed Martin empresa aeroespacial y militar que ha experimentado un aumento del 8.93% en el valor de sus acciones o Raytheon Technologies empresa de tecnología de defensa que ha subido un 4.62% en el valor de sus acciones).
Una de las voces más críticas del tema es la relatora especial, de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos ocupados, la abogada italiana Francesca Albanese quien ha planteado en sus informes que Israel comete crímenes de guerra y lo acusa de “cometer uno de los genocidios más crueles de la historia moderna”, además de denunciar, en su reporte más reciente ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a más de 60 empresas, de todo el mundo, que estarían beneficiándose de los crímenes de guerra en Gaza y la Cisjordania ocupada, en lo que ella denomina “la maquinaria corporativa que sostiene el proyecto colonial israelí” siendo cómplices de delitos al participar en lo que describió como “una economía del genocidio”.
Albanese sostiene que los gobiernos occidentales no hacen lo suficiente para defender los derechos de los palestinos y que el conflicto ha servido como campo de pruebas para nuevas armas y tecnología, donde no existen supervisiones ni cuentas a rendir, por tanto, las responsabilidades no se deben limitar a las empresas, sino que también incluir a los Estados, que deben cortar relaciones diplomáticas y económicas con Israel. Aquellos que no lo realizan “están violando el derecho internacional” ……. “Todos los que mantengan vínculos con otro Estado acusado de crímenes de guerra, y ahora de genocidio, son responsables y violan sus deberes de la legalidad internacional”. Esta postura ha fomentado el apoyo entre quienes consideran que los líderes israelíes y estadounidenses esgrimen acusaciones de antisemitismo para silenciar sus críticas y que hoy tienen a esta abogada, académica y primera mujer en ocupar el puesto referido, como
persona non grata para Israel y sancionada por EE. UU., que no sólo colocan en riesgo su cargo sino también su vida.
Situación de lo comercial y financiero en el mundo, el nuevo hegemón
Hace años atrás denunciamos el financiamiento de la política por parte de los grupos económicos multimillonarios, porque en esas acciones se construía la condición de coacción de parlamentos y ejecutivos estatales. Hoy, ese grupo de adinerados está tomando control directo de partidos, fuerzas armadas y de los estados nacionales, barriendo con toda convención política social, usando el decreto directo, con autocracias de mentalidad mercantil, donde la trampa, la imposición de fuerza y el pillaje (que son sus valores intrínsecos), van haciendo polvo toda la construcción civilizatoria, degradando los valores de la vida humana, de la diplomacia, de la política y de los derechos básicos de la humanidad.
Así, en el contexto de potencias comerciales y financieras en lucha por prevalecer, en la vieja lógica del colonialismo por una supuesta necesidad de ampliar sus territorios, en la imposición del vasallaje de los colonizados, se desatan atroces masacres, se demuelen Estados rebeldes, sin ninguna oposición real y efectiva.
La multipolaridad es un hecho, lo que está por dilucidar es que tipo de mundo será ese, pero todo indica que no será nada bueno para las mayorías trabajadoras, desempleadas y jubiladas.
Occidente pierde día con día sus libertades, de manifestación, de prensa y de funcionamiento de sus democracias liberales, con la anuencia de los progresismos y las derechas de centro, que desvían la mirada de las manifestaciones en las ciudades en contra del genocidio en Palestina y de la brutal detención de la gente joven que expresa el clamor del humanismo en las calles del mundo.
Hoy no es el momento de mirar hacia otro lado
Hay que mirar el pasado y sus horrores, aceptar que aún pueblos que supieron aportar a la humanidad ciencia, filosofía y arte, también podían caer bajo el control de líderes sin mayor talento que el fanatismo.
Oscuros líderes que supieron encauzar los miedos y frustraciones que viscosamente fluían por las entrañas de su sociedad. Le dieron dirección, una meta y enemigos claros, a éstos les fueron robando su humanidad, transformándolos en caricaturas indeseables que corrompían la raza, eran un obstáculo y hasta un lastre.
Los enemigos del estado no solo fueron los judíos, también lo fueron los romaníes (gitanos), los testigos de Jehová, los homosexuales, los masones, los militantes de izquierda y fuera de sus fronteras los pueblos eslavos, considerados inferiores que ocupaban sin merecerlo tierras fértiles, el anhelado espacio vital para la raza que dominaría mil años.
Hay que mirar al pasado y entender que aquello que partió mal, terminó peor: millones de civiles muertos, niños, mujeres, hombres, personas de todas las edades. El martirio, la esclavitud y muerte planificada a nivel industrial. Y de ese horror surgieron tribunales internacionales para juzgar a los criminales, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el expreso objetivo de mantener la paz, promover la cooperación y proteger los derechos humanos. En 1947 la ONU en su resolución 181 propuso la partición de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe.
Fuente: pressenza.com