¿Estamos teniendo un problema con Dios?

¿Dios no es la última creación humana?
Los dioses que heredamos fueron diseñados para pequeñas poblaciones, esparcidas por la Tierra, con horizontes estrechos. Se preocupaban por detalles ínfimos.De cómo comíamos, vestíamos o hiciéramos el amor. Cada uno estaba atado a una cultura e idioma específicos. Árabico, hebreo, latín, sánscrito, chino y chino con una visión universal.
Sus textos sagrados nos decían que adoráramos el libro mismo, en lugar de nutrir la experiencia directa y viva de conexión con lo divino. Estos dioses, con el tiempo más materialistas que espirituales, finalmente dieron paso a un nuevo ídolo: el dinero. Hoy, mucha gente cree más en el poder de la riqueza que en el poder de sus dioses.
Y sin embargo, algunos dicen que ahora no creen en nada. ¿Pero es realmente posible? Los seres humanos inevitablemente buscamos significados, conexión y trascendencia, incluso si lo negamos.
Entonces, ¿dónde están los verdaderos grandes dioses, los que podrían proteger la vida no sólo para la próxima generación, sino para el próximo millón de años? ¿Dónde están los dioses que abrazan la inmensidad de nuestras galaxias, guiando la energía humana hacia una conciencia más profunda, reconciliación y la humanización de nuestro mundo?
Ha llegado el momento de los nuevos dioses de nuestro tiempo. No los dioses ligados a reglas rígidas y libros antiguos, sino a dioses en armonía con la ciencia y la tecnología, con una profunda fe en la humanidad y con el poder de llegar a cada corazón. Dioses que nos ayuden a vivir la Regla de Oro: tratar a los demás como queremos ser tratados.
Estos son dioses que iluminan los momentos en los que la vida de repente tiene sentido, no por lo que podemos tomar, sino por lo que podemos dar.
Debemos ir más allá de los dioses del pasado. Los dioses del futuro no llegarán con mandamientos tallados en piedra. Vendrán con un poder espiritual capaz de trascender nuestra mezquindad y despertar lo mejor en nosotros mismos.
Fuente: pressenza.com