Crisis actual, humanismo y no violencia
Como miembros de Acción Humanista, de Chile, Tomás Hirsch y Efren Osorio tuvieron oportunidad de participar del Foro “Sumar esfuerzos de los Partidos Políticos para construir la Comunidad de Futuro Compartido China-América Latina y el Caribe”, específicamente en el Subtema: “Promover la modernización, aumentar el bienestar del pueblo», que tuvo lugar ayer en Beijing, China.
Ante la asamblea con 120 representantes de 100 diferentes partidos políticos de 30 países de América Latina y el Caribe, de absolutamente todo el espectro político, el Diputado chileno señaló:
Soy Tomás Hirsch, Presidente de Acción Humanista, de Chile. Me encuentro en este importante Foro junto a Efren Osorio, Secretario General de nuestro partido. Agradezco esta invitación que nos permite reflexionar junto a otros partidos del mundo sobre cómo aumentar el Bienestar de nuestros pueblos.
¿Desde dónde les hablo? Soy Humanista. Pero ¿qué significa ser humanista en el mundo de hoy? El Documento Humanista, escrito por Silo a comienzos de los noventa, nos entrega una definición que quisiera compartirles: “Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad”. Ahora bien, como constata el propio Documento, pareciera ser que “entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro”. Una barrera que pareciera hacer imposible la concreción de dichos principios fundamentales. “Ha llegado pues, -como señala el mismo Documento- el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo”.
No es una novedad decir que estamos viviendo en un mundo que cambia vertiginosamente, donde los acontecimientos se suceden rápidamente unos tras otros sin que nadie comprenda las consecuencias de las decisiones que se están tomando, ya sea a nivel personal, interpersonal e internacional. Sabemos, además, que se continuarán acelerando los desplazamientos de enormes conjuntos humanos por el planeta, forzados por la precarización de la vida; que las poblaciones que sufren miserias y necesidades básicas aumentarán; y que la confrontación entre distintos pueblos y culturas se expresará aún con mayor fuerza.
Fuente: pressenza.com