diciembre 22, 2024
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Ecuador: los laberintos de Guillermo Lasso

Después del triunfo en el balotaje frente al correísta Andrés Arauz (Revolución Ciudadana), el establishment político, económico y mediático ecuatoriano esperaba que, tras una década de campaña del ex-banquero Guillermo Lasso (del Movimiento creo), se materializara un gobierno pensado, preparado y equipado para los desafíos del país. 
Sin embargo, su auspicioso arranque, producto del plan de vacunación, ha devenido en una gestión estatal que enfrenta hoy complejos desafíos, que van desde la propia permanencia en el cargo del presidente hasta las condiciones de gobernabilidad de su mandato. Se trata de una coyuntura fluida y en plena definición de posiciones y correlaciones de los principales actores sociales y políticos, en medio de un creciente escepticismo e inconformidad ciudadana.
La primera tarea que acometió el nuevo gobierno en mayo de este año fue la activación del plan de vacunación. Tras la torpe e indolente gestión del gobierno de Lenín Moreno, salpicada con casos de corrupción y «vacunados vip», Lasso optó por el pragmatismo y aprovechó todas las posibilidades que la oferta mundial de vacunas ponía a su disposición, fuera de condicionalidades comerciales y geopolíticas. Activó acuerdos con China (Sinovac y Cansino), con lo que pudo cumplir con el ofrecimiento de vacunar a nueve millones de ecuatorianos en 100 días; además la activa y efectiva participación de todos los estamentos de la sociedad –universidades, empresa privada, organizaciones sociales– permitió que esto fuera posible. El éxito del proceso de vacunación se reflejó en una alta aceptación en las encuestas y un positivo ánimo social. Sin embargo, luego de este auspicioso arranque, se produjo una serie de acontecimientos que han puesto al desnudo la naturaleza y los límites de la gestión del gobierno de Lasso. Cuatro aspectos se han convertido en desencadenantes de este bajón: el recrudecimiento de la violencia delincuencial y, en particular, la crisis carcelaria; el fondo y la forma de la fallida aprobación de una ley denominada de «Creación de Oportunidades»; la activación de la movilización social y, durante las últimas semanas, el escándalo derivado de la publicación de los Pandora Papers. Con menos de seis meses en el poder, el gobierno sufría ya un desgaste importante, reflejado en una brusca caída en la aprobación en las encuestas1, en la paulatina activación de la movilización social, en el clima de confrontación con el Legislativo y en una posición defensiva frente a las investigaciones sobre los paraísos fiscales.
 El tobogán político ha puesto en juego, en tiempo récord, la permanencia, el programa y la gobernabilidad del autodenominado «gobierno del encuentro»

Fuente: Richard Sellán / ov.pemsv30.net