El siglo de los minerales críticos. Del cobre y litio al futuro energético del planeta

“El siglo XXI no pertenece al petróleo, pertenece a quienes controlen el litio, el cobre, el grafito y las tierras raras.”
El petróleo dominó el siglo XX con guerras, dictaduras y corporaciones que marcaron la historia moderna. Hoy la humanidad entra en un nuevo tiempo. El cambio climático no es amenaza lejana sino realidad que incendia bosques, derrite glaciares y desplaza a millones de personas. El siglo XXI será definido por la transición energética, esa carrera por reemplazar los fósiles con electricidad, hidrógeno verde y tecnologías limpias. Pero cada panel solar, cada turbina eólica y cada batería dependen de minerales que no están en Wall Street ni en Davos, están enterrados en salares, montañas y desiertos del sur global.
El futuro del año 2000 al año 2100 no tendrá un solo recurso dominante. Será un tablero múltiple donde litio, cobre, grafito, níquel, cobalto, manganeso y tierras raras se disputarán el título de materia prima de excelencia.
Quien controle esos insumos controlará las cadenas de valor de la movilidad eléctrica, de las energías renovables y de la industria pesada. El mapa del poder ya cambió y lo seguirá haciendo. No se trata de ciencia ficción ni de antimateria, se trata de cifras duras que muestran dónde se jugará el destino del planeta.
Bloque 1. Litio el oro blanco de la transición
El triángulo del litio formado por Chile, Argentina y Bolivia concentra casi el 60 % de las reservas globales. Chile controla un 36 % de esas reservas y en 2023 exportó más de USD 8.600 millones en compuestos de litio. Argentina proyecta convertirse en segundo productor mundial hacia 2030 con más de 20 proyectos en Jujuy, Salta y Catamarca que podrían generar exportaciones anuales superiores a USD 10.000 millones. Bolivia guarda el tesoro más grande en Uyuni con 21 millones de toneladas de reservas, aunque con dificultades técnicas para explotarlas y apenas USD 100 millones en exportaciones piloto en 2024.
El precio internacional pasó de USD 10.000 por tonelada en 2020 a USD 70.000 en 2022, estabilizándose cerca de USD 25.000 en 2024. Para 2030 la demanda mundial se multiplicará por cuatro impulsada por más de 30 millones de autos eléctricos nuevos cada año y por sistemas de almacenamiento de energía que requerirán más de 3 millones de toneladas de litio anuales.
Bloque 2. Cobre, la columna vertebral de la electrificación
Cada auto eléctrico requiere entre 80 y 100 kilos de cobre, tres veces más que uno convencional. La Agencia Internacional de Energía estima que la demanda de cobre crecerá un 50 % hacia 2040, alcanzando más de 35 millones de ton/año frente a los 25 millones actuales. Chile y Perú producen juntos más del 40 % del cobre mundial y más de 8 millones de toneladas anuales.
El precio promedió USD 8.500 por tonelada en 2024 y podría superar los USD 12.000 en 2030 si no se abren nuevas minas, según estimaciones de BloombergNEF. La electrificación de redes, baterías y turbinas eólicas depende del cobre tanto como del litio. Un solo aerogenerador de 3 MW requiere más de 4 toneladas de cobre y cada kilómetro de red de transmisión puede consumir 2 a 3 toneladas adicionales. El futuro eléctrico será de cobre o no será.
Bloque 3. Las tierras raras y el poder invisible
China controla más del 60 % de la producción y el 85 % del refinado de tierras raras. Neodimio y disprosio son claves para fabricar imanes permanentes en turbinas eólicas y autos eléctricos. La Unión Europea declaró estas materias primas como estratégicas e irremplazables en 2024.
Un imán de aerogenerador puede contener hasta 200 kilos de tierras raras. Estados Unidos intenta reactivar la producción en Mountain Pass con inversiones de más de USD 1.500 millones, pero sigue dependiendo en un 74 % de las importaciones chinas. Japón, Corea y Europa gastan más de USD 10.000 millones anuales en compras de tierras raras, indispensables para mantener sus industrias tecnológicas. En 2050 la demanda podría triplicarse, superando las 400.000 toneladas anuales.
Fuente: pressenza.com