diciembre 2, 2025
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En Roma, una manifestación contra la “economía de guerra“, el rearme y el genocidio en Gaza

Un mar de gente atravesó una vez más las calles de Roma, partiendo desde Porta San Paolo para concluir en la Plaza San Giovanni. Al carro que encabezaba la marcha se subieron Greta Thunberg, el activista brasileño Thiago Avila, ambos miembros de la Global Sumud Flotilla y presentes en la manifestación de ayer en Génova, y Maya Issa, representante de los estudiantes palestinos en Italia.

Luego se unieron a la vanguardia de la marcha, junto con Francesca Albanese, numerosos activistas de la Global Sumud y de la Freedom Flotilla, los bomberos del sindicato USB y los portuarios de Génova, acompañados por la canción compuesta por Roger Waters para saludar y apoyar la huelga general convocada ayer por la USB. En la cabeza del cortejo también ondeaban las banderas de Venezuela, país diariamente amenazado de invasión por parte de Estados Unidos.

La marcha, imponente, desbordó todas las expectativas. Su tejido lo formaban, por un lado, muchas familias con niños. Por otro, la asistencia era masivamente joven: una amalgama de varias generaciones de italianos y de una gran diversidad de personas procedentes de todo el mundo; demostrando que también en Roma es el mundo entero el que se opone al genocidio y a los gobiernos occidentales cómplices. Además, se opone también a la Ley de Presupuestos que alimenta el rearme, la economía de guerra a la que se alude en el título, que suponen recortes al estado social y es un calco de las políticas belicistas que se han extendido, desgraciadamente, por toda Europa. Políticas que están abiertamente saboteando cualquier posible acuerdo de paz en Ucrania y que nos están arrastrando irresponsablemente hacia una aterradora guerra mundial.

Recibida por calurosos aplausos y gritos que vitoreaban su nombre y la acompañaron todo el tiempo, al final de la marcha Francesca Albanese pronunció un discurso apasionado y emotivo: «Ya no tengo voz, no por este día ni por el de ayer, sino porque llevo dos años intentando despertar al mundo diciendo que el pueblo palestino es víctima de un genocidio«, afirmó, para luego declararse feliz de estar allí y agradecer a los portuarios del CALP, a Génova, a Roma y a Italia. «Hagámonos oír, hagan oír su voz contra la ley financiera«, continuó, denunciando las inversiones en armas y no en salud o educación. Luego agradeció y exhortó a los policías presentes a no ponerse «cara a cara» contra el pueblo que marcha y que también lucha por sus derechos.

«Hoy, día de solidaridad con el pueblo palestino instituido por la ONU en 1977, estoy aquí también porque no quiero seguir oyendo que se ha roto el sentido de unidad y urgencia que empujó a la gente a llenar las plazas«, continuó. «Si las instituciones hicieran lo que deberían hacer, no sería necesario llenar las plazas. Deberían cortar las relaciones económicas, militares, estratégicas y también de investigación con un Estado que comete el crimen del apartheid y del genocidio y sigue matando. El genocidio no se ha detenido. En Gaza se muere por falta de dignidad, de agua, de comida. Y nosotros, como europeos, tenemos una responsabilidad hacia Palestina. No podemos detenernos, hasta liberar la tierra entre el río y el mar, para que todos sean libres y con los mismos derechos. La liberación de Palestina será también la liberación de los israelíes.»

«Condeno la violencia en todas sus formas, condeno los ataques a la sede de la prensa; la violencia, incluso dentro de un sistema violento, termina por fortalecerlo. En cambio, hay que practicar la Sumud (la resiliencia), la ética de la empatía, sentir al otro y su dolor como si fuera el nuestro. Yo veo el fin de esta pesadilla si llevamos de nuestro lado también a quienes no están aquí, actuando con gentileza y amor«, concluyó entre aplausos, llevando una luz de esperanza opuesta a la lógica brutal de la violencia y la opresión representada por Israel y los gobiernos occidentales, encabezados por Italia.

Fuente: pressenza.com