Estados Unidos una supresión brutal del lenguaje
El recurso cada vez más frecuente a los dictados de las autoridades estadounidenses es una característica notable de la sociedad norteamericana actual, en todos los ámbitos, escribe Michael Brenner.
D La restricción de las libertades civiles, junto con el castigo de cualquiera que exponga estas violaciones, es un lugar común en los Estados Unidos de hoy.Pero nada de lo que la nación ha presenciado -incluidas las protestas más sofisticadas- nos ha preparado para el grotesco espectáculo que es la brutal supresión de la libertad de expresión en los campus universitarios. Lo que estamos presenciando es el puño de hierro de la autocracia utilizado para intimidar, dañar y disuadir a quienes, por pacíficos que sean, desafiarían el derecho de quienes están en el poder a imponer su versión fabricada de la verdad al público. Además, se basa en una toma arbitraria del poder que no está consagrada en la ley ni en la práctica común.Dos características de esta situación llaman nuestra atención. En primer lugar, está el acuerdo sorprendente y casi unánime entre todos los sectores de las élites de la sociedad sobre la exactitud de la narrativa dominante y sobre las medidas que están tomando para hacerla cumplir. Eso significa:1) retratar el tema como una peligrosa radicalización de los estudiantes por parte de fuerzas nefastas;2) insultar a los manifestantes como “antisemitas” – a pesar del gran número de participantes judíos;3) Eliminar cualquier referencia a la causa y motivaciones de la protesta: el genocidio de Israel contra los palestinos; Y4) la necesidad de tomar medidas enérgicas contra estos estudiantes alborotadores: físicamente a través de la policía antidisturbios y administrativamente a través de expulsiones y suspensiones sumarias sin ninguna apariencia de debido proceso.Estas afirmaciones provienen de boca de funcionarios electos, comisionados de policía, personalidades de los medios, expertos y, lo que es más inquietante, presidentes de universidades y juntas de regentes y síndicos.
Leer más…….
Fuente: Michael Brenner/Consortiumnews