Herbert Contreras: El hidrógeno verde y la transición energética

Pressenza dialogó con Herbert Contreras*, ingeniero ambiental de Costa Rica investigador en la aplicación del Hidrógeno como fuente de energía alternativa hacia la transición energética. Herbert Contreras es parte de la Red internacional de Ecología Social, Economía y Cambio Climático, una iniciativa humanista y dentro de la red, la persona más conocedora de esta alternativa para la transición energética, por lo que le agradecemos la presente entrevista.
En la Red de Ecología Social venimos reflexionando sobre el extractivismo y las relaciones norte-sur y en cómo cuidar nuestra casa, el planeta tierra. Somos conscientes que ello implica un cambio en los patrones de consumo de los grandes productores de CO2 y los países del sur, que producimos menos CO2, y que recibimos muchos de los efectos de esta crisis climática, que al final, como sabemos, es una crisis ecológica y climática.
Pressenza: Herbert, queremos que nos cuentes un poco cómo es esta tecnología ¿Cuáles son sus implicancias en la transición energética y cuáles son los impactos negativos al ambiente? ¿Depende de la escala?
Herbert Contreras: Sí, muchas gracias por el espacio que me brindan, realmente no soy un experto, digamos que soy un aficionado y un ciudadano interesado en el tema del cambio climático y el impacto que tiene la sustitución del consumo de energía por energías limpias.
Actualmente el asunto del hidrógeno es de un interés generalizado entre los que quieren la transición energética, pero en muchos aspectos todavía estamos en pasos iniciales, todavía es incipiente, porque uno de los problemas más delicados es su almacenamiento y transportabilidad, por ser un gas de alta concentración energética. También hay otro problema que acompaña la tecnología actual del hidrógeno, para producirlo hay que consumir un 40% de energía, o sea, del 100% de energía que liberamos del hidrógeno, un 40% fue consumido en su producción.
Llamamos hidrógeno verde, a todos aquellos procesos de hidrólisis de la molécula de agua que se pueden realizar utilizando energía eléctrica limpia, llámense solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica, biomásica, etcétera, o sea, sólo podemos llamar hidrógeno verde al que se produce consumiendo electricidad de fuentes no contaminantes. Se transporta el hidrógeno como amoníaco -ya hay una larga experiencia con el amoníaco-, debidamente manejado no debería representar problemas, pero digamos sí tiene sus dificultades técnicas, sobre todo en las normativas de seguridad, la prevención de accidentes, pero para transportarlo es relativamente más seguro que el hidrógeno comprimido o el hidrógeno en estado líquido que requiere también, nuevamente, gran consumo de energía para comprensión, refrigerado y licuado; requiere de tanques presurizados de alta resistencia para poder mantener el hidrógeno o comprimido o en el extremo en estado líquido que también requiere de sistemas de aislamiento térmico y de funcionamiento de intercambiadores de calor, sistemas de compresión, refrigeración.
Yo me atrevería a decir que el manejo del amoníaco no debe ser más riesgoso que lo que tenemos actualmente con los combustibles, llámese gasolina o gas licuado, estamos dentro de un estadio tecnológico donde los riesgos son calculables, porque ya tenemos más de un siglo de manejar hidrocarburos; h an habido accidentes, pero no lo hemos demarcado como combustibles de muy elevada peligrosidad, ya nos hemos acostumbrado a trasladarlos, a consumirlos y a mantener las pautas, los protocolos de seguridad adecuados.
Fuente: pressenza.com