La Crisis de la Democracia en Ecuador y América Latina
Dick Richard Sellán Bajaña
Periodista
En las últimas décadas, América Latina ha sido testigo de una serie de cambios políticos significativos, muchos de los cuales han puesto en tela de juicio la solidez de las instituciones jurídicas políticas de la gobernanza y las democracias regionales. Un acumulado histórico de postergación social de las mayorías de la población latinoamericana desencanta con la democracia representativa y delegativa, lo mismo con una clase política y elites económicas de mezquindad extrema que mostro su rapacidad en el marco de la pandemia del Covid-19 que azoto el mundo y Latinoamérica.
Ecuador, como parte de este contexto regional, se enfrenta a una crisis que no solo afecta a sus instituciones, sino que también pone en riesgo el mínimo estado de derechos logrado en jornadas de reivindicación social históricas, las políticas públicas han resignado la vida digna del ciudadano al priorizar los negocios empresariales, la corrupción y la impunidad cual signo de gobierno.
La crisis de la democracia en Ecuador se manifiesta a través de varios factores: el aumento de la violencia, la desconfianza hacia las instituciones, la polarización política y el debilitamiento del estado de derecho. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), alrededor del 27% de la población ecuatoriana vive en condiciones de pobreza, la pobreza raya en el 10,8% lo que evidencia una creciente desigualdad social. Esta situación se agrava con tasas de desempleo que rondan el 5%, el subempleo es del 21,1%.
La desnutrición infantil es otra preocupación alarmante. Aproximadamente el 22% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición crónica, lo que no solo afecta su desarrollo físico, sino también su capacidad para aprender y contribuir al país en el futuro. Este panorama de pobreza y desnutrición es un caldo de cultivo para la desesperanza y el descontento social.
Además, la violencia política y narco violencia delictiva ha escalado en los últimos años. El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto de 2023 es un claro ejemplo del clima hostil y de inseguridad social y ciudadana del Ecuador. La pregunta recurrente de los ciudadanos es si el avecindado proceso electoral en marcha resolverá tal situación, con unos operadores políticos cuyos movimiento y partidos expresan ser casilleros o empresas con CEO incluidos para rentar casilleros a candidatos presidenciales y asambleístas de turno. Un sistema judicial corroído por la corrupción del tráfico influencias, sentencias a la carta. El Consejo Nacional Electoral de poca probidad, confianza y transparencia en su gestión y resultados electorales.