La economía del calamar

Cuenta la leyenda, que había una vez una isla en la que su población basaba su economía en la pesca del calamar. Entre todos los pobladores se organizaban cumpliendo diferentes funciones y pescaban lo suficiente para alimentarse, más un excedente que les permitiera comercializar y obtener otros bienes de las islas vecinas. Tanto el trabajo como los frutos del mismo, se distribuían de manera equitativa, asegurándose de que todos resolvieran al menos sus necesidades básicas, a la vez que cuidaban de que el mar y sus frutos no fueran depredados, ya que de ello dependía su subsistencia.
Dedicaban también algunas horas a actividades culturales y educativas, y en su tiempo libre participaban en diversas competencias deportivas en las que los ganadores recibían una medalla que tenía grabado un calamar, símbolo de la isla. Todo transcurría en equilibrio y armonía, hasta que un día algunos comenzaron a observar que los habitantes de otras islas poseían objetos que ellos desconocían, y aunque tal vez no los necesitaban, empezaron a desearlos, y en la siguiente asamblea del pueblo manifestaron su inquietud.
-Deberíamos trabajar más horas, para así poder vender más calamares y con eso comprar nuevos objetos- decían algunos.
-Pero si nos excedemos corremos el riesgo de agotar la riqueza marina y el ecosistema- argumentaban otros.
-No creemos que eso pase, porque el mar es infinito, y además no necesariamente todos los habitantes de esta isla querrán trabajar más tiempo- agregó alguien.
Uno de los miembros del Concejo Isleño meditó unos instantes y argumentó: – tenemos organizado el trabajo de manera conjunta, ¿cómo haríamos para diferenciar quién tiene que producir más, o a quién hay que darle más calamares para que compre objetos que tal vez otros no desean?
Luego de varias discusiones decidieron que lo mejor sería organizar la pesca del calamar como si se tratara de una competencia deportiva más, en la que los que incrementaran su pesca serían los ganadores y su premio ya no sería una medalla sino una parte mayor de la producción, para que pudieran intercambiarla libremente con otras islas. Al nuevo esquema productivo algunos le llamaron Economía de la Libertad, y otros La Competencia del Calamar.
Fuente: pressenza.com