Luis Lazzaro: “Sin comunicación no hay soberanía ni democracia real”

En diálogo con Multiviral, el periodista y especialista en comunicación Luis Lazzaro advierte que el terreno simbólico se ha convertido en el verdadero campo de batalla del siglo XXI. Desde la concentración mediática hasta la irrupción de la inteligencia artificial, pasando por la pérdida de soberanía cultural y la crisis argentina bajo el neoliberalismo, Lazzaro plantea que discutir comunicación no es un lujo intelectual sino una condición de supervivencia democrática.
“Un poco la idea de mi trabajo tiene que ver con meternos en dimensiones de la comunicación que no necesariamente pasan por las cuestiones técnicas o instrumentales, sino con el sistema de representaciones, de creencias y de escenarios de pensamiento y opinión, que no son nuevos pero que hoy se potencian con una fuerza inédita”, afirma.
Para el especialista, esos sistemas de creencias moldean las conductas sociales, incluso cuando van en contra de los propios intereses de los pueblos. “Ese mecanismo ideológico hace que mucha gente padezca políticas neoliberales en nombre de una promesa de bienestar futuro. Se instala la idea de que el sufrimiento es necesario, cuando en realidad es un disciplinamiento cultural”.
—Multiviral: ¿Qué significa hoy dar la batalla cultural en el terreno de la comunicación?
—Luis Lazzaro: Lo novedoso es la decisión del liberalismo de asumir esa disputa de sentido como eje central de su política. Ellos entendieron antes que nadie que la comunicación no es un accesorio, es la política misma. En contraste, en el campo popular muchas veces vemos un vacío: ausencia de propuestas, de contenidos, de una mirada que entienda a la comunicación como un instrumento político. Ahí es donde estamos perdiendo.
Esa asimetría, dice, se apoya en la concentración mediática. “Si no ponemos en debate el sistema de representación simbólica, que está vinculado a intereses económicos y geopolíticos, no podemos disputar nada. Hoy los actores dominantes tienen grados de concentración enormes en la producción simbólica, y desde allí organizan el sentido común”.
La naturalización de la demonización
El proceso no es nuevo. Lazzaro lo vincula con una construcción sistemática de décadas.
“El comportamiento de la gente tiene que ver con la prédica de un dispositivo comunicacional hegemónico que demonizó durante mucho tiempo al peronismo y a los proyectos nacionales y populares. Ese odio inoculado genera la necesidad de huir de lo demonizado, aunque sea hacia figuras que representan más sufrimiento”.
—Multiviral: ¿Eso explica la aparición de liderazgos disruptivos como el de Milei?
—Luis Lazzaro: Claramente. Lo que aparece como novedad es la decisión política de explicitarlo. Antes había un pudor, una vergüenza en admitirlo. Hoy el gobierno dice sin rodeos que su política de comunicación está al servicio de un proyecto ideológico de derecha. Y ahí vemos cómo la degradación mediática se vuelve funcional a un populismo de derecha que se alimenta de estereotipos simplistas y de un lenguaje chavacano.
Nuevas narrativas para nuevas generaciones
Lazzaro rechaza la idea de que la respuesta sea simétrica. “No creo que la metodología autoritaria del poder económico deba tener como contracara una réplica igual de autoritaria. La clave está en generar nuevas narrativas. Porque muchas consignas históricas ya no dicen nada a las nuevas generaciones. Hay que reemplazarlas por contenidos que realmente los interpelen en su experiencia cotidiana”.
—Multiviral: ¿Por dónde debería empezar esa reconstrucción del campo popular en comunicación?
—Luis Lazzaro: Primero, por asumir que la guerrilla semiótica en redes no alcanza. Eso puede ser un recurso de desgaste, una emboscada, pero no va al debate central. Y el debate central está en el sistema convergente: en los noticieros, en los canales informativos, en los medios tradicionales que siguen siendo los grandes formadores de opinión y que después se replican en las redes. Si no damos esa pelea, estamos corriendo detrás de la agenda del adversario.
Comunicación y democracia
Para el especialista, discutir comunicación no es solo un problema técnico ni cultural, sino directamente político e institucional.
“Tenemos una amenaza inminente en el sistema democrático. Hay que volver a hablar de la democracia, del funcionamiento institucional, de la soberanía. Porque sin un sistema comunicacional que exprese la diversidad de la sociedad, la democracia es apenas una farsa”.
—Multiviral: ¿Cómo debería articularse esa disputa desde el campo popular?
—Luis Lazzaro: Lo único que puede articular al campo popular frente al poder concentrado es un proyecto político. El mercado organiza al poder dominante. A nosotros solo nos puede organizar un proyecto compartido, consensuado. De lo contrario, cada actor queda librado a su suerte y el sistema hegemónico lo absorbe o lo silencia.
Inteligencia Artificial y geopolítica regional
La entrevista se abre hacia los desafíos tecnológicos. Lazzaro advierte que la escala de la Inteligencia Artificial no permite miradas parciales ni ingenuas.
“La magnitud de estos proyectos hace imprescindible que construyamos espacios de debate común desde el Mercosur y desde América del Sur. Se trata de definir apropiaciones tecnológicas en defensa de nuestros intereses. De lo contrario, la dependencia se profundizará”.
Aquí vuelve a la idea de soberanía como categoría central. “La comunicación hoy es parte de la construcción de un nuevo sistema económico. No discutirla equivale a entregar la soberanía tecnológica y cultural. Y eso, en un mundo donde la información es el recurso estratégico más valioso, significa perder la democracia”.
Entre memoria e interpelación
El análisis de Lazzaro se ancla también en la memoria colectiva. Advierte que las nuevas generaciones necesitan símbolos y narrativas que las convoquen de verdad.
“No podemos seguir repitiendo consignas como ‘Perón vuelve’ o la marcha peronista, que son autorreferenciales y no interpelan a quienes nacieron mucho después de esas gestas. Tenemos que generar un sistema de comunicación que dialogue con sus experiencias y sus lenguajes”.
—Multiviral: ¿Cuál debería ser entonces el rol de los comunicadores populares?
—Luis Lazzaro: La tarea de los comunicadores y militantes es proponer que sean los propios actores populares quienes construyan su sistema de pensamiento y representación. Y eso surge de contrastar lo que reciben de los medios con su práctica social cotidiana. Esa tensión es la que genera una conciencia crítica.
El cierre: comunicación como condición de futuro
El especialista resume su planteo en una advertencia clara: sin comunicación soberana no habrá futuro posible.
“El espacio político debe debatir la comunicación como proyecto de gobierno, como instrumento para articular otros campos, desde la ciencia y la tecnología hasta la soberanía económica. No es un tema accesorio, es la condición para todo lo demás”.
En esa clave, Lazzaro conecta la batalla cultural con el porvenir de los pueblos. “Si no recuperamos la comunicación como terreno central de la disputa, no habrá posibilidad de construir soberanía, ni democracia, ni futuro. La comunicación es el campo donde hoy se define la historia”.
Fuente: pressenza.com