Perú: Colaboración entre la ciencia, el sector público, privado y los pueblos indígenas es clave para superar desafíos ambientales
El debate sobre Conservación, convivencia y el futuro de los Andes Amazónicos promovido por FLARE 2025, ha evidenciado que se requiere hacer una estrategia conjunta entre la ciencia, el sector público, privado y las comunidades indígenas es clave para superar los desafíos ambientales en Perú, asegurando un desarrollo sostenible que respete la diversidad cultural y natural del país. El enfoque sostenible y participativo es vital para enfrentar la presión sobre la Amazonía, donde actividades como la explotación petrolera y la minería ilegal amenazan gravemente el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas. La valoración de los conocimientos ancestrales y la participación activa de las comunidades indígenas son fundamentales para enfrentar los desafíos ambientales.
Marco Arenas, ex director de la diversidad biológica del Minam y asesor de ANECAP, señala que el Perú tiene un compromiso global de restaurar sus territorios naturales al 2030. En un esfuerzo por cumplir con los compromisos internacionales asumidos en Montreal, Perú ha establecido ambiciosas metas de conservación y restauración: conservar el 30% de su territorio continental y el 10% de su ámbito marino, además de restaurar el 10% de sus áreas degradadas, que suman actualmente unas 19 millones de hectáreas. Para alcanzar estos objetivos, se requiere la restauración de aproximadamente 3.2 millones de hectáreas en la próxima década. Actualmente, Perú ha logrado conservar entre el 19% y 20% de su territorio.
Además, Perú enfrenta el reto de asegurar una distribución justa y equitativa de los beneficios para las comunidades indígenas. La promoción de áreas protegidas y otras modalidades de conservación, junto con la participación activa de las tierras indígenas, podría permitir al país superar la meta del «30 x 30». Perú también está comprometido con las metas de biodiversidad y adaptación al cambio climático, con el objetivo de manejar los territorios de manera sostenible y promover la conservación de la Amazonía, vital para el equilibrio ecológico global.
Gabriel Quijandría, director regional para América del Sur de la UICN, analiza el desafío de superar la dicotomía entre desarrollo y destrucción en la Amazonía, una idea arraigada desde los años 40 y 50. Quijandría destaca la complejidad del caso ecuatoriano, donde la explotación petrolera, la minería ilegal y el avance agrícola aumentan la presión sobre la Amazonía, mientras el país defiende los derechos colectivos y de la naturaleza en su Constitución. Sin embargo, se enfrenta a reformas que podrían amenazarlos.
Quijandría defiende un desarrollo sostenible que incluya a múltiples actores y un enfoque integral más allá de los ministerios del ambiente. Ejemplos como el referéndum del bloque Yasuní y los canjes de deuda muestran la capacidad de Ecuador para crear modelos sostenibles, aunque persiste el desafío de implementar políticas efectivas y satisfacer la demanda de productos con menor impacto ambiental. “En un mundo hiperconectado, la presión de los consumidores por productos sostenibles crece, pero el reto en la Amazonía no es la falta de regulación, sino la efectiva aplicación de las políticas existentes”, señala.
Valbina Miguel, una destacada activista y gestora cultural Yanesha, expresa su preocupación por la valoración de lo ilegal e informal en detrimento de los conocimientos ancestrales. Enfatiza que los saberes de los pueblos originarios, transmitidos de generación en generación, son de gran valor y han demostrado su eficacia, como sucedió durante la pandemia de COVID-19, cuando comunidades como la Yanesha recurrieron a sus prácticas tradicionales para protegerse.
La líder indígena critica la falta de reconocimiento de estos conocimientos por parte de las autoridades y científicos, y destaca la amenaza que enfrenta la cultura indígena debido a la concesión de tierras sagradas y la explotación de recursos. Subraya la importancia de educar a las nuevas generaciones en prácticas tradicionales, un esfuerzo que ha plasmado en su proyecto de revitalización de los conocimientos ancestrales Yanesha.
Sostiene que a pesar de los desafíos, como el narcotráfico y la tala ilegal, mantiene la esperanza en la juventud y la niñez indígena. A través de su trabajo, busca involucrar a jóvenes, niños y sabios en la preservación de su cultura, empoderando especialmente a las mujeres para enfrentar un futuro incierto.
Jorge López Dorigo, director global de comunicación y sostenibilidad del Grupo AJE, destacó cómo las empresas privadas pueden contribuir a empoderar a las comunidades locales y conservar los bosques mediante la valorización cultural y la creación de medios de vida sostenibles. Así, el Grupo AJE, conocido por su éxito en Ayacucho, ha ampliado su misión a la Amazonía, colaborando con el Ministerio del Ambiente y ONGs para formalizar economías locales y fomentar el emprendedurismo. Una de sus iniciativas principales es la producción de bebidas a base de super frutos amazónicos, como el camu camu, el aguaje, que poseen un alto valor nutricional.
Actualmente, AJE trabaja con 48 comunidades en Perú, Ecuador y Colombia, comprando sus productos a precios justos, lo que beneficia económicamente a estas comunidades y promueve el desarrollo sostenible de manera directa. López enfatizó la importancia de crear un mercado global sostenible para estos productos, asegurando su viabilidad a largo plazo y demostrando que el sector privado es un aliado clave en la conservación de la biodiversidad amazónica.
Lucila Ruiz, ex ministra del Medio Ambiente, subrayó la importancia de cerrar brechas y adoptar una visión inclusiva en la conservación que integre aspectos sociales, económicos y culturales. Destacó que la seguridad hídrica debe ir más allá de la infraestructura, enfocándose también en el cuidado de los ecosistemas. Abogó por una gestión de riesgos hídrica integral, promoviendo la cooperación regional y combatiendo las economías ilegales que perjudican el medio ambiente. Además, enfatizó la necesidad de una gobernanza y finanzas ambientales efectivas para lograr el desarrollo sostenible. Hizo un llamado a basar las decisiones en la ciencia y a fortalecer la cooperación internacional para apoyar a las comunidades.
Fuente: pressenza.com
