junio 2, 2025
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POR LA FRATERNIDAD SIN FRONTERA

Al nivel nacional nos damos cuenta que nuestro país se nos va a la ruina, ya que vamos de mal en peor. No nos damos cuenta que los presidentes nos están mintiendo y manipulando para quedarse en el poder y aumentar sus riquezas personales a cuesta nuestra.

En mis lecturas de estos últimos días me llamó la atención una frase que no deja de darme vuelta en la“Mientras desaparece la fraternidad, crecen el caos y la muerte”. ¿No será que nosotros pasamos mucho tiempo en cosas secundarias y dejamos las más importantes como la fraternidad, por ejemplo? Así se nos van la vida y la felicidad en un mundo en que nos destruimos los unos a los otros.

La solución de nuestros problemas y el alcance de la felicidad está en nosotros mismos. Cada uno somos la unión del bien que construye y desarrolla y del mal que divide y destruye, comenzando en nosotros mismos. Nos toca a nosotros fortalecer el bien para que amenore el mal. En su tiempo san Pablo decía: “Vencen el mal con el bien”. Muchas veces buscamos con mucho afán las causas y los causantes de lo que nos está pasando. Por una parte, está bien. Pero ¡cuántas veces terminamos culpando a los demás sin ver que los primeros responsables somos nosotros mismos. Al nivel nacional nos damos cuenta que nuestro país se nos va a la ruina, ya que vamos de mal en peor. No nos damos cuenta que los presidentes nos están mintiendo y manipulando para quedarse en el poder y aumentar sus riquezas personales a cuesta nuestra.

Ya No es el pan que hace falta sino la voluntad de compartirlo juntos.

Desde casi 2 años se nos promete un ‘nuevo Ecuador’ que no llega por ninguna parte mientras nos hundimos en la violencia y la muerte cotidiana. La economía no despega; más bien estamos en depresión o decrecimiento y ¡cuántos millones en deudas a pagar! No se detienen el desempleo ni las migraciones… y las perspectivas de un gobierno fascista no son alentadoras: No hay plan de gobierno, nos se concretan ejes de desarrollo… más bien se atropella los derechos humanos, las leyes y la misma Constitución. El convivir está envenenado por el odio y las mentiras de los grandes medios de comunicación. ¿Adónde vamos a parar si miramos por otro lado?

Al nivel internacional se grita por todas partes: “¡Paz en Gaza!” mientras continúa el genocidio de los civiles palestinos, entre ellos muchísimos niños, porque los Estados Unidos y Europa regalan armas a Israel para que sigan las matanzas indiscriminadas. ¿Hasta cuándo nos quedaremos mudos y de brazos cruzados esperando que otros resuelvan el problema?

Nos sentimos impotentes porque hemos desterrado la fraternidad de entre nosotros. Hay caos y muertes porque dejamos que crezcan la maldad entre nosotros, la maldad de la indiferencia, el quemimportismo y la pasividad. Hemos dejado que se multiplique la perversidad entre nosotros porque hemos perdido el sentido de la comunidad: comunidad familiar, comunidad de vecinos, comunidad cristiana, comunidad nacional, comunidad internacional. Los medios de comunicación nos han ganado la batalla de la fraternidad y nosotros aplaudimos sus noticias mentirosas y sus programas devastadores… ni siquiera nos damos cuenta que nos embrutecen.

La fraternidad no es una oportunidad a esperar que nos caiga no sabemos ni de donde… porque no nos va a caer si no la cultivamos en nuestra propia intimidad, porque es allí donde anida. Nosotros somos los únicos artesanos de su existencia y crecimiento. ¿O no nos hemos dado cuenta que la fraternidad es nuestra identidad misma? Es lo que nos hace humanos y hermanos. La vida es una lucha permanente para que no crezca el mal. La única manera que no crezca el mal es multiplicando el bien. El mal es la mala hierba en nosotros: o crece ella con nuestra colaboración y lo invade todo sembrando el caos, la muerte y las guerras sin fin.

No podemos cansarnos de repetir que todos dependemos de todos, poque somos una sola unidad de vida y de destino. La globalización es la realidad universal: El bien nos hace bien a todos y el mal a todos nos hace daño. Dejemos de seguir las modas que nos traen la última novedad, de creer las mentiras bien arregladas de los chats, de tiktok y la televisión que nos toman por ignorantes. Aprendamos a ser nosotros, a pensar por nosotros, a actuar por lo que hemos decidido nosotros.

La fraternidad, la paz y la felicidad las construimos nosotros sin esperar que otros sean fraternos, solidarios y generosos. Una vida mejor y un Ecuador nuevo comienzan con nosotros cuando así lo queremos y lo hacemos. Nos estamos preguntando si nos dedicamos a cosas importantes o ‘nos tenemos tiempo’ o vivimos por vivir, decir sin vivir de verdad… hasta que pasen los años y nos hayamos vueltos completamente inútiles

Apostemos por la fraternidad: Esa es la verdadera lotería donde todos vamos a salir ganadores. Así haremos retroceder la violencia, el caos, las guerras y los muertos. Así crecerá la paz, la amistad social, la armonía con la naturaleza y la comunión con Dios, afín de sentirnos verdaderamente felices.

Fuente: Pedro Pierre