¿Se acaba la universidad de Harvard?

Amy C. Edmondson
Trump ahora quiere acabar con la universidad de Harvard. Es que todo lo que tiene que ver con la cultura, con la inteligencia, con el pensamiento ilustrado, le molesta como una afrenta personal. Y todo lo que sea extranjero, es decir que no sea nacido en Estados Unidos, también.
Trump no estudió allí sino que obtuvo el título de bachiller en economía en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Esa universidad no es mala, pero claro, se dedica a enseñar cómo hacer buenos negocios, no se puede comparar con Harvard.
Harvard, fundada en el siglo XVII, es una universidad privada, dedicada a la educación superior y a la investigación.
Su sede principal está ubicada en el Estado de Massachusets, en una pequeña ciudad llamada Cambridge, de 100.000 habitantes. Pero lo que importa es que está casi pegada a Boston, la capital del Estado, y a 300 kilometros de Canadá.
Y la facultad de Medicina, la de Odontología y otras relacionadas con la salud, se ubican ya bien adentro de Boston.
La gente de Boston siempre ha tenido fama de ser amable, instruida, inteligente y muy distinguida. Ser bostoniano es pertenecer a la aristocracia de Estados Unidos, si es que allá puede existir una especie de aristocracia. Quizás sería mejor decir “elite”.
Hay muchas instituciones que se dedican a clasificar a las universidades de casi todos los países. La mayoría de ellas considera a Harvard como una institución excelente, y muchas la clasifican como la mejor del mundo.
La universidad dispone de un presupuesto gigantesco: 39.200 millones de dólares en 2018.
Entre los ex alumnos, profesores e investigadores de esa universidad se cuentan ocho presidentes de Estados Unidos, numerosos jefes de Estado y jefes de Gobierno, así como laureados con el Premio Nobel y muchos otros premios de importancia en el mundo o en EEUU, tanto en las ciencias como en las humanidades y en las artes.
Fuente: pressenza.com