julio 18, 2025
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SOBREVIVIR EN UN MUNDO SIN REGLAS

“La sanción impuesta por la administración Trump a Francesca Albanese, experta en Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ilustra el rotundo hundimiento del derecho internacional. El ataque contra Albanese presagia un mundo sin reglas, en el que Estados canallas como Estados Unidos e Israel, pueden cometer crímenes de guerra y genocidio sin rendir cuentas ni sufrir restricciones.”

Podemos cambiar los nombres y aplicar a Ecuador esta afirmación de la Agencia de Información de “Word Press” de California, Estados Unidos’. “La sanción impuesta por la administración de justicia de Noboa a Jorge Glas, ex vicepresidente de Lenin Moreno, ilustra el hundimiento del derecho constitucional del Ecuador. Esta condena sin pruebas reales presagia un país sin reglas en el que un Estado canalla como el de Ecuador puede cometer crímenes de guerra -como el de los 4 niños negros de Las Malvinas en Guayaquil- y genocidio -¿no será genocidio la situación de buena parte de las 3/4ª partes de los ecuatorianos sin empleo?- sin rendir cuentas ni sufrir restricciones”. Entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial se da lo que reza el afiche adjunto: ‘Una alianza estratégica para la agresión”. Esa es la realidad ecuatoriana: Estamos ante un gobierno no solamente indolente, sino agresor de sus ciudadanos.

Leonardo Boff escribe: “Es urgentísimo que hagamos un pacto social mundial planetario, así como hicimos el pacto social de nuestras sociedades y el de Westfalia en 1648: un pacto cuyo fin es la salvaguarda de la vida y de la biosfera, amenazadísimas por la razón enloquecida, pues han creado los instrumentos para su propia destrucción. Es imperativo un centro plural, democrático, que represente a los pueblos de la Tierra para administrar los problemas planetarios y de la naturaleza y encontrar, democráticamente, una solución para nosotros y para la naturaleza.”

Desde Santiago de Chile, escribe Mauricio Herrera Kahn: “Murió la ONU (Organización de las Naciones Unidas). No en un atentado ni bajo los escombros de Gaza, no entre gritos de guerra ni en misiones de paz frustradas. Murió en silencio, en pasillos alfombrados, en comunicados tibios, en la indiferencia de los poderosos. Murió de irrelevancia, de burocracia,  de cobardía. Y nadie fue a su funeral porque nadie la necesitaba viva… La ONU ya no es garante de nada. Ni de paz, ni de justicia, ni de soberanía. Es un club de potencias con derecho a veto y una galería de países pobres que asienten. Un sistema donde los crímenes más graves pueden quedar impunes si los comete un aliado, donde la masacre puede ser ‘diplomáticamente compleja’ y la invasión puede rebautizarse como ‘operación preventiva’, donde los muertos pesan menos que los intereses.”

Nos preguntamos cómo es posible esto en un mundo donde las informaciones y los genocidios nos llegan en directo. No hay reacciones masivas porque hemos asimilado el sistema que criticamos. El primer campo de batalla donde salir victorioso está en nuestra cabeza. Mientras no ganamos la batalla en ella, no la podremos ganar en otros espacios. Nos hemos acomodado al bienestar material, a las reflexiones superficiales, al individualismo campante, a la indiferencia generalizada, a las violencias máximas, a las informaciones manipuladas, a la miseria creciente, a la decena de asesinatos cotidianos, a las mentiras y corrupciones de los gobiernos… porque el neoliberalismo anida en nosotros y produce lo que acabamos de enumerar.

¿Hasta cuándo?  Hasta cuando decidiremos individual y colectivamente vivir de otra manera. Por eso que los jóvenes están perdidos en el mundo que les heredamos: Es la complicidad del mal, el desinterés frente a la corrupción, el silencio frente a la traición, la destrucción de la vida, la negación de la verdad, la marginación de la fraternidad y la muerte de la dignidad. Hemos dejado que crezca entre nosotros lo que denunciaban los obispos latinoamericanos en 1968: la “injusticia institucionalizada” que calificaron de “situación de pecado social” … Pero ¿quién se acuerda de Medellín en el clero católico? ¿quién se interesa realmente a la sinodalidad promovida a tiempo y contratiempo por el papa Francisco?

El domingo pasado un pequeño pueblo de España rendía homenaje a uno de sus hijos muerto en la guerrilla guatemalteca hace 43 años. Se trata del sacerdote jesuita Fernando Hoyos Rodríguez, teólogo de la liberación y comandante guerrillero, ido a Guatemala como misionero… que no soportó la miseria ni las exacciones que soportaban los pobres de su región adoptiva… Su sangre ha ayudado a que Guatemala entre en procesos sociales y políticos que dignifican la vida de los pobres.

Mientras no seremos capaces de apostar la vida para un cambio personal y social seguiremos hundiéndonos en la deshumanización que permitimos.

Fuente: Pedro Pierre