Davos 2022 y la crisis del sistema
Es conocido que el Foro Económico Mundial de Davos permite conocer cuáles son las preocupaciones de las grandes fortunas y las potencias, aunque de cuando en cuando hay invitados que quieren presentar otra naturaleza. No extraña por ello que ante la crisis multilateral del sistema su foco de atención sea como salvar al capitalismo y ajustar las condiciones de explotación de seres humanos y del conjunto de la naturaleza.
Hace dos años, pretendiendo que los mayores problemas surgieron con la pandemia de la Covid-19, llamaron a preparar el “Gran Reseteo”, nombre tecnológico que se refirió a la oportunidad que encontraron, o creían encontrar, para ajustar y reiniciar el sistema en su conjunto. En todas las medidas propuestas se consideraba que era necesario el actuar unidos, con propósitos que superaran a los intereses de las transnacionales y de los imperialismos. Anhelo, por supuesto que solo se cumpliría en objetivos específicos en un mar creciente de olas de disputa de quien tomaría el poder en el mundo.
En contraparte del Foro de Davos se solía presentar el Foro Social Mundial, que en 2021 cumplió 20 años de presencia, más no de organización con un norte ideológico claro. La hegemonía de posiciones socialdemócratas y reformistas, que se demuestran estancadas en criticar los efectos del capitalismo pero sin plantear una salida del sistema que supere los discursos, ha debilitado esta instancia y su estructura misma está en cuestión.
Dadas estas realidades, la imposibilidad del Gran Reseteo no vino de fuerzas contrapuestas al mismo sino de las propias pugnas interimperialistas, que se acentúan y que incluso muestran músculos de guerra en tierras de terceros países. Cuando se ponen de acuerdo, nuevamente se trata más de una demagogia de escala global, como las novedades en los discursos y acuerdos en torno al cambio climático, mientras se acentúa la exploración de nuevas fuentes de combustibles fósiles.
Pero esto no quiere decir que empleando mayormente el recetario neoliberal, aunque a veces en combinación con ciertas obligatorias medidas keynesianas como los bonos de auxilio ante los efectos sociales de la Covid-19, la competencia global se redujese o controlase y que se pudiese dar un reseteo que considere los intereses de la mayoría de la población.
Los peligros mundiales
Este enero el Foro De Davos se concretó a sesiones virtuales para aplazar su encuentro presencial por seis meses debido a la pandemia. Sin embargo, lo allí dicho tiene importancia indudableLa principal expresión es la edición 17 del “Informe de Riesgos Globales 2022”. Allí se plantea que las situaciones más graves están en: los fenómenos meteorológicos extremos, la crisis de empleo y desigualdad social, las enfermedades infecciosas, el deterioro de la salud mental, los ataques cibernéticos y el endeudamiento de las naciones. Señala además que, para lograr la cohesión social, recuperar el empleo y lograr la prosperidad se requerirán varios años.
Como se ve, hay una multiplicidad de factores que, si se quisiese ir a la raíz común, encontraríamos al modo de producción y de vida capitalista. Eso, por supuesto no lo dice el informe, en el que no solo se plantea a la pandemia como origen, sino que cualquier otro problema, bajo los eufemismos neoliberales, no son sino distorsiones del mercado.
Pero el tema de la cohesión se les torna urgente de considerar. Cuando la cohesión no funciona, cuando los trabajadores y sectores populares dejan de asumir como propias las mentiras del sistema y a considerar que los intereses de los millonarios son intereses sociales, es cuando el sistema tambalea. Saben bien que sin cohesión deben usar la represión, pero numerosos levantamientos populares en los últimos años evidencian que también en ese terreno van cayendo sus capacidades de dominación.
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Fuente: Richard Sellán Bajaña