diciembre 4, 2024
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Violencia digital: Respuestas feministas para resistir y transformar 

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la violencia de género digital emerge como una de las formas más urgentes de enfrentar. Desde amenazas en línea hasta agresiones físicas derivadas del entorno digital, esta problemática afecta gravemente a mujeres y personas LGBTQIA+, generando daños psicológicos, sociales y, en casos extremos, fatales. Iniciativas como las líneas de ayuda documentadas por Derechos Digitales destacan el rol crucial del feminismo en la construcción de respuestas tecnológicas, legales y emocionales para las víctimas, además de visibilizar las raíces estructurales de esta violencia.

El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nos invita a reflexionar sobre la persistencia de la violencia de género y la urgencia de combatir todas sus formas, incluidas aquellas facilitadas por las tecnologías. Abordar esta problemática requiere acciones multifacéticas: que los Estados pongan los derechos humanos en el centro de sus políticas, que las empresas asuman sus responsabilidades y que se impulsen acciones de concientización en la vida cotidiana.

La violencia de género facilitada por la tecnología es cada vez más frecuente, atravesando fronteras y afectando directamente la vida de las mujeres, invadiendo sus hogares, sus espacios personales y profesionales. Lo que comienza en línea puede tener consecuencias graves,incluso fatales, en el mundo real.

En otras palabras, las prácticas de violencia digital tienen repercusiones que van más allá del entorno en línea, generando serias amenazas a la seguridad y la integridad física de mujeres y personas LGBTQIA+. La violencia digital provoca daños psicológicos, afecta las relaciones sociales, fomenta la violencia sexual y física, y en casos extremos puede derivar en feminicidios. Además, actúa como una forma de censura al producir un efecto paralizante (chilling effect), que impacta tanto a nivel individual como colectivo, con consecuencias negativas para el debate público, un pilar fundamental en las sociedades democráticas.

Fuente: derechosdigitales.org